─── Oh, por su nombre deduzco que usted es de Japón, ¿ no es así ? No creo estar equivocado. Me llamo Kenzo, el placer es mío.
☆﹔ ╱ él asintió, una sonrisa genuina se esparció por sus labios. Correspondió el saludo, dándole un suave apretón a la mano del contrario.
─── Bueno, debo decir que este lugar parece demasiado tranquilo como para ser peligroso, aunque tomaré tu consejo. Después de todo no hay lugar donde uno pueda estar completamente seguro.