Ahora rondas en mi cabeza, habitas en mi almohada y te apoderas de mi universo, mientras yo te busco en la realidad sin tener alguna respuesta.
»Es difícil seguir la huella invisible que dejas, ni existe el rastro de tu sangre ni en la nieve ni en la arena, no ardes ni quemas en el pavimento ni en la arena, tampoco eres ese eslabón perdido entre lo que vivo y lo que mi mente sueña.