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⠀⠀CAMBIO DE PJ ¡¡¡

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Había decidido salir con algunos amigos, era sábado en la tarde y sus pequeños de encontraban en la casa de uno de sus amigos a excepción por su pequeña Soleil, qué había quedado a cargo de su marido. Se había prometido a si mismo que volvería tan pronto como pudiera, pero una cosa llego a la otra y la noche cayó. El pobre hombre se había perdido entre trago y trago, los bailes y la oscuridad del lugar, su cabello termino de estar bien arreglado a suelto y enredado, su ropa estaba hecha un desastre, incluso creía que había perdido una media. Sus amigos lo dejaron en su casa, donde (con ayuda) pudo abrir la puerta, aunque duró un buen rato descifrando como tenia que hacer. En la entrada cayó al suelo, donde aprovechó para sacarse los zapatos y tirarlos en algún lado de la sala. 
          
          A paso mareado entró a la casa, el vivo olor de la cerveza impregnado en su ropa y su aliento, venía risueño, aunque algo confundido mientras iba en busca de su cuarto; fue todo un martirio subir las escaleras, su mente nublada por el alcohol no le permitía subir con la facilidad de cuando esta sobrio. Entró al cuarto casi cayéndose al suelo, acompañado de un estruendo.ㅤ────ㅤmi vidAAa ~ㅤ────ㅤ exclamó en lo que parecía como un canto, su ojito destapado por su cabello brilló al ver a su amado esposo sentado sobre la cama. Con un impulso se lanzó en la cama, en busca de ser rodeado por los brazos de su esposo mientras dejaba salir pequeñas risitas.ㅤ────ㅤmi cieloOo ~ hIp . mi amorcito belllooo ~ㅤ────ㅤsu voz algo áspera pero con tonos agudos  de por medio, una sonrisa embobada y unos ojos que parecían mirar con pupilas de corazones a su querido esposo . 

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Lidiar con la pequeña Sol nunca había sido tarea complicada, inclusive era menos pesada con la ayuda de su pequeño amigo peludo, quien cuidaba diligente a la menor mientras el realizaba otras pequeñas tareas del hogar. La casa se encontraba sumergida en una extraña tranquila a falta de sus demás hijos y su adorado esposo,  indigna de un lugar en el cual siempre se podían escuchar risitas aquí y allá, a decir verdad. El serafín de orbes carmín felizmente acepto aquella tarde de paz para poder relajarse (dormir) cuánto quisiera, tener que lidiar con tres niños y una bebé era cosa de mucha paciencia, no olvidando la parte de su esposo el cual buscaba sus muestras de afecto constantemente y su gato con aparente apego emocional.
            
            Las sábanas habían sido cambiadas con exito, aquellas cobijas blancas perfectamente estiradas y sin arruga alguna. Recién salía de tomarse una larga ducha con agua caliente, las gotas aún resbalaban por su cabello dorado. Estaba apunto de apagar la luz y acostarse cuándo sintió la presencia de su marido en la casa y por el desorden que se escuchaba debajo, pudo deducir que algo andaba mal.⠀──̸─┈ ㅤ¿Arael? Cielo, bebiste de más, no es así? pff, mira como estás mi amor.⠀───  Hablo con dulzura el serafín, riéndose suavemente por la actual apariencia toda desarreglada de su adverso, mientras que pasaba sus dedos por el enredado cabello de su marido tratando de deshacer los nudos que se habían formado en este.⠀───⠀⠀No debes beber más de lo que puedes Cielo, mira lo desarreglado que estas y, si sigues haciendo ruido temo que mi pobre mantequilla no podrá contener el llanto de la pequeña Soleil.  ───  Regaño el oji-rubi, cediendo al capricho del angel, envolviendo en un dulce y cálido abrazo a la vez depositando un pequeño beso en su frente.
            
            ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀@araelloveaziel  
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