¿qué sentí al aferrarme a tu integridad, a la parte más pura de ti? serenidad, una clase de calidez que no sólo emana para que tú la abraces, sino que también funciona recíprocamente y te abraza, te acuna, te consuela al primer contacto. hacías que desprenda emociones múltiples e inconstantes, fusiones extravagantes de euforia y temor a perderte ahora que te conocía realmente, que percibía todos y cada uno de tus latidos persistentes, rítmicos y melódicos, cantando para mí.