Yo no le veo mucho de especial a los cumpleaños, la idea de fingir tanto estar cómoda cuando soy el centro de atención es sofocante, pero sé que para ella es importante. Y me cuesta actuar sin olvidarlo. Tampoco soy de expresar verbalmente las comunes palabras de cariño, pero también tengo que hacer el esfuerzo para quienes lo consideran importante (como la gente normal), y entonces llorar inmediatamente cuando no me ven. Porque hay más palabras que se me ocurren para decir, pero que no encajan en mí vida, carente de poesía, emoción o propósito.
Tuve una vida bastante normal, por eso no entiendo cómo es que siempre fui una persona tan asombrosamente inadaptada. Siempre fingí, pues no tengo ningún recuerdo en el que no me costara relacionarme con la gente, siempre haciendo ese sobre esfuerzo, poniendo tanta energía que seguramente se veía forzado, buscando en mí mente, a mi alrededor, en las cosas tangibles, un concepto, una idea, que me brindara escapatoria, que me ayudara a sobrellevar la situación, consolándome a mí misma con el pensamiento del eventual final que es mi tan inadaptada vida.