littlewillowzz
ㅤ⠀ ᜴ Ella se encontraba frente a la puerta de aquella casa, con una mezcla de preocupación e incertidumbre sobre cómo lograría que Rin la escuchara. No habían hablado desde el día anterior, cuando lo había dejado plantado en el parque donde solían reunirse; ella para pintar, y él para ser su musa o, en ocasiones, su ayudante. Nunca había sido buena con las palabras, ni con las acciones, ya que su orgullo siempre dominaba sobre sus emociones. En raras ocasiones –y con muy pocas personas– había mostrado esa parte de sí misma donde intentaba enmendar sus errores, enfrentando las consecuencias y asumiendo la responsabilidad de sus actos. Pero ahora todo era distinto. No sabía cómo reaccionaría Rin, y en el fondo, temía que lo hiciera mal. Sabía que era algo sensible, y le quedaba claro que estaría en una mala posición si no le daba una explicación convincente.
Todavía le avergonzaba que él y sus otros amigos –que no eran muchos, en parte debido a las largas hospitalizaciones por su condición– tuvieran que cuidarla por su enfermedad. Odiaba sentirse una carga, odiaba sentirse inútil. Con un profundo suspiro, la joven de cabellos dorados tomó aire y golpeó suavemente la puerta de madera hueca con dos nudillos, produciendo un pequeño sonido seco. Mientras esperaba que alguien atendiera, rogando que no fuera su mejor amigo quien abriera.
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─── Vine a disculparme, aprecia el gesto. ── ⠀ ᜴ Ella soltó con fuerza mientras fruncía el ceño, observándolo. Entendía su enojo y no podría estar más de acuerdo en que ella era la culpable; después de todo, ella también reaccionaría como él en el caso contrario. Pero Rin también buscaría que él la perdonase, ¿no es así? Lo que contaba era la intención con la que había llegado a la casa. Cuando él hizo el amague de cerrar la puerta, rápidamente puso su mano en el umbral de esta. Rin tenía unos reflejos perfectos y nunca cerraría la puerta sabiendo que podría lastimarla.
─── Tuve un pequeño percance, ¿está bien? Tenía que hacer unas cosas con las cuales me había comprometido hace tiempo, no calculé las fechas. Yo... yo tenía que haberte avisado, lo haré para la próxima. ── Quería disculparse directamente, pero había algo que no le dejaba decirlo abiertamente, tal vez era su orgullo ganándole la batalla nuevamente. Giró la cabeza con enojo por su forma de actuar. ── Estás en tu derecho de estar enojado, lo entiendo. Pero he venido a arreglarlo, ¿captas mi intención? ── Sus luceros avellana chocaron con los esmeraldas azuladas de Rin, casi rogándole con la mirada que la dejara pasar para hablar con tranquilidad. Ya comenzaba a refrescar.
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⠀ ᜴ La suerte no estaba de su lado. Se sintió pequeña cuando el más alto apareció detrás de la puerta. Podría jurar que su corazón se había detenido por un segundo, dejándola sin aire. Un nudo comenzó a formarse en su pecho cuando aquellos penetrantes ojos esmeralda azulados hicieron contacto con los suyos. Bajó la mirada y ladeó la cabeza, intentando ocultar la vergüenza que la invadía. Su mente era un caos al escuchar aquellas sílabas, dudando si debía obedecer. Pero no, si se iba ahora mismo, Rin se enojaría aún más, y perdería cualquier oportunidad de disculparse.
Volvió a mirarlo, apretando con fuerza la cinta de su bolso. Estaba reuniendo todo el valor para no decir una tontería. ─── Oye, no–. Escúchame. ─── Su voz se entrecortó mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas, desesperada por captar la atención del chico antes de que le cerrara la puerta en la cara. ─── Vine a hablar.