づ

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          —Adiós.— Se despide, pasando al lado de él para volver a lo suyo.

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          Ignora su comentario, no le servía de nada que dijera eso, sobretodo porque después se comería sus palabras cuando se diera cuenta de lo que se avecina. Lo lleva hasta el cuartel en donde están todas las literas.— Intenta no despertar a nadie.—Dax dice en voz baja una vez que llegan y están delante de la puerta.—Hoy a las siete de la mañana recibirás tu uniforme, y demás cosas. —Una vez que dice eso pone ambas manos detrás de su espalda, observando hacia arriba para mirar los ojos del nuevo integrante del campo. 

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          Se detiene cuando nota que no lo sigue y se da media vuelta para mirarlo.—Eso es algo que a ti no te concierne.

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—Me lo imaginaba. —Dax se termina su cigarro y lo apaga.—Ven, te llevaré a donde tienes que dormir.—Se adelante saliendo de su oficina.

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          —¿Y te gusta?— Cuestiona aunque no le importa mucho.— ¿O quieres seguir recogiendo caca?

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          —Una novatada no le hace mal a nadie. —Él admite con algunos pensamientos de su pasado recorriendo por su cabeza.— Podría enviarte a las minas.

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          Enciende la llama y esta misma se encarga de prender el cigarro del otro, al mismo tiempo él se pone uno entre sus labios y lo prende la misma manera.—Te daré un uniforme, claro está. —Le empieza a decir.— Mañana… Tambien te daré otro cargo, pero eso depende de ti, así que ¿Cuántos años tienes? ¿Estudiaste algo? 

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          Le entrega el cigarrillo y toma el encendedor preparado para encendérselo.—Lo supuse correctamente. 

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          Sonríe, definitivamente no respondiendo su pregunta.— ¿Quieres un cigarrillo?