Es increíble como se pueden llegar a dar las cosas... simplemente con los actos a veces desinteresados se pueden lograr cosas realmente gratificantes que pueden hacernos bien tanto a nosotros como a otras personas, las conozcamos personalmente o no.
Cualquier acción por más pequeña que sea puede ser muy importante, como el decidir llamar a alguien o deslizar el dedo por la pantalla del teclado, pulsando letras para que formen palabras, que luego seran enviadas y que capaz que no sean la gran cosa, pero también existe la posibilidad de que esa pequeña acción ayude más de lo que nos podemos imaginar a otra persona, y eso es lo que realmente vale.
Ahi es cuando uno entiende que la felicidad trata de eso: ayudar al otro desinteresadamente por el simple hecho de querer que esa persona este bien y pueda autosuperarse o simplemente expresarse y sentirse escuchada y querida.
Y al mismo tiempo es todavía más gratificante recibir ayuda, porque uno se siente querido, siente que por lo menos alguien de todas esas personas, que creemos conocer y que creen conocernos, se preocupa por saber de nosotros y de lo que nos pasa, y hasta puede ser que nos enteremos de cosas que no nos pudiéramos haber imaginado nunca, o descubrir nuevos puntos de vista que nos harían dar cuenta que lo que pensamos hacemos o sentimos no esta tan mal como creíamos, que algunas personas se sienten igual o parecido, que en realidad no somos tan mierda como pensamos...
Yo se que hay probabilidades de que no lo leas, pero también puede que lo leas y te sientas identificada y quiero que sepas que a raiz de todo lo que pasamos en nuestras vidas es que me puse a reflexionar sobre esto, y también quería agradecerte aunque sea indirectamente, haber hecho esa pequeña acción desinteresada hacia mí, realmente la valoro.
