Soy un hombre delirante en el que pocos han confiado por temor a las responsabilidades involucradas en la amistad. Mi pasión son los libros, pero mas aún son las noches embriagantes de la nada, en la cuales solo me acompaña el recuerdo de un amor imposible.

Como pueden notar tengo ojeras, pero solamente en la pintura de mi. Cuando no soy dibujado aparento aburrimiento facial pero soy sumamente poderoso; un miserable...no soy.

Mi padre se dedicaba a la carpintería en un pequeño pueblo Uruguayo y mi madre era una simple lavandera Alemana con un hermoso sentido del humor. Sus chistes jocosos sobre los Polacos siempre inspiraban la sonrisa de los niños y la ira de los vecinos, pero siempre sus anécdotas tenían buenas intenciones. Desde muy chico recuerdo las canciones que mi padre silbaba, dedicadas a la revolución que anhelaba en contra del vil plástico, el cual eventualmente reemplazaría la dura caoba y el fiel bambú.

Si sueno extraordinario...es porque lo soy. Extraño mi hábitat natural. Allí nunca se le dio de comer a un extraño. Soy feliz, y la felicidad implica, que se posee un deseo innato por la extinción de seres que parecen nacidos de los asquerosos huevuchos de una cucaracha negra o albina.