Ya veremos, Oliver, ya veremos. Ahora, si me lo permites, he de decir que tienes una nombradía preciosa. Me transmite elegancia, me agrada. Prometo encontrar un apodo digno para ti, pero tenme algo de paciencia, soy un poco mala para ello. Y claro que puedes, mi nombre es Dánae, Dánae Babineaux. Es todo un placer conocerte. Y sí, la verdad es que me agradan bastante. Si lo que quieres es asignarme uno, estaré encantada.