Ustedes, mis lectores... Si alguna vez mis historias les arrancaron lágrimas, imaginen por un momento cómo lloro yo al escribirlas. Porque en cada palabra hay pedazos de lo que todavía duele, de lo que me rompió, de lo que seguirá latiendo en mí como una herida que no cierra.
Ahí también vive la forma en que amé profundamente, torpe, real.
Y escribir… escribir es la única forma que encontré de no hundirme.
Es mi refugio, mi desahogo, mi manera de seguir respirando cuando todo dentro de mí se queda sin aire.