Por más que meta mi cabeza en otras cosas, me llega el recuerdo de su cabello castaño levantado con un listón rojo que ataba en un adorable lazo.
He olvidado su perfume.
Escucho su voz en el silbido del viento.
Su sonrisa se me hace más borrosa día a día.
Y en algún punto del cielo, aún siento su mirada.
Es difícil todos los días recolectar los escasos fragmentos que tengo de su recuerdo.
Es difícil ya no tenerle aquí.