Miró a su amigo mientras escuchaba con atención sus palabras, entonces sintió como entrelazó los dedos de la mano que los mantenía unidos, y, obviamente se lo devolvió, con algo de nerviosismo.
──Uhm... ──se dispuso a responder su pregunta, pensando en sus palabras. Tomó la bufanda que portaba y la subió a su boca con una mano, se mantuvo ahí mientras hablaba, también desvió su mirada──. Lo mismo opino, nada más me he hecho ánimos de salir para venir a verte... ──y es que era verdad: la única persona por la que es capaz de abandonar el nido que hace llamar casa, es quien tiene a su lado. Ya hasta la comida le empieza a hacer falta por no querer salir, y se le nota un poco.
(( Oc- then, el niño aquí tiene un problemilla que no se logra hacer ánimos para interactuar con el mundo, y resulta que su niño es el único con el que no tiene problemas de hacerse ánimos¿ eh, algo así-