Diecisiete páginas no escritas de mi historia no vivida. O sí. Asignaturas pendientes no académicas. Y también. De esas que conocen muy bien lo que es el rencor. Extrovertida e introvertida, depende a quién preguntes. De las nocturnas, las que prefieren la noche al día. De las que  saben diferenciar entre 'compañero' y 'amigo'. De las que se las apañan solas, las inconformistas, de las que se equivocan. De esas que dicen la verdad, aunque duela. De esas que son capaces de cualquier cosa por ver sonreír a quienes quieren. De las que la gente califica de pasota y de las que a veces les gustaría poder serlo realmente. Soy de esas que odian el egocentrismo, la intolerancia, la hipocresía y la consciencia de que no queda en el mundo un maldito rincón donde alguna de estos defectos no habite. De las que nunca se pierden, porque ya están perdidas. De aquellas que no saben que cara poner cuando se les hace un regalo. De las que ama el sol y el calor, pero también los días lluvioso, llevar gorro y pisar hojas secas. De las que aman sentirse vivas. Y sobre todo de las que odian todo tipo de frases a las que haya que contestar con un "gracias", de las que odian los cumplidos. Soy de esas que escriben textos interminables y los dejan sin acabar, porque soy de esas que odian los puntos finales y aún así, los ponen.