/no hizo nada más que guiar sus torpes pasos hacia el acogedor hogar entre las sábanas, donde por obvias razones, se encontraba la menor. observó por unos minutos a ésta con las manos siendo resguardadas en sus bolsillos, en su semblante se hacía presente una sonrisa socarrona debido a que por su mente pasaban las mil y un cosas que se podían hacer ahí, sin embargo sólo se dignó a unirse a la pequeña y cálida reunión, donde abrazó la cintura foránea mientras sus piernas se escabullían junto con las ajenas. cerró por unos minutos sus ojos buscando paz, sin embargo no era suficiente, así que se aferró aún más a la anatomía junto de él hasta quedar reposando en el pecho impropio, y así, después de todos los intentos, intentó adentrarse en sus más profundos sueños.