Esta noche hubiera querido que estés metido en la cama conmigo, besándome todo el recorrido de la espalda, contando mis lunares, apretando mi oreja con tus labios húmedos y susurrando despacio entre caricias que me amas más que al fútbol, la política, la religión y la parranda...
Este miércoles hubiera querido que bañaras mi pecho con chocolate semiamargo para lamerme con frenesí de hambriento cada milímetro recubierto por ese manjar oscuro y aromático; hubiera querido que acabaras sobre mi vientre mientras te jalaba el miembro alegremente, llena de vigor y entusiasmo.
Esta noche fresca de junio, hubiera querido practicar todo el Kamasutra contigo, para saciar de una vez por todas mis ansias de ser la protagonista de una historia con final feliz...