Ritual de luz
Amanece,
y el mundo bosteza entre las sombras,
las calles despiertan con paso cansado,
pero el sol, terco, se cuela entre las grietas,
como un susurro dorado sobre lo olvidado.
El café humea en mis manos
Es un pequeño incendio,
un abrazo líquido que me recuerda
que aún queda dulzura en lo amargo.
Y aunque afuera la vida áspera persista,
y el cielo se vista de gris,
aquí, en este instante tibio,
hay belleza latiendo, invencible.
Porque incluso en lo roto florece la luz,
y en sus grietas la claridad se cuela.
En cada sorbo de calma
se esconde un verso
que aún vale la pena escribir.
Marte