Mi chico dejo de ser mi chico.
Me dejo sin segundas miradas, sin preocupación por romperme.
Llevo días llorando, gritando y sin comer, es como si alguien hubiera muerto pero sin morir y soy quien sufre cada agonía hasta el final.
Cada fase del duelo las sufro a diario, la depresión con más fuerza que ninguna.
Del trabajo camino derramando lágrimas hasta llegar a casa donde me caigo en el suelo sufriendo, lamentándome, sufriendo una perdida qué parece eterna.
Eligió no aceptar mi cariño, eligió no quererme, eligió alejarme, eligió cada palabra que me torturan hasta hoy.
Esperaba amar y ser amada, querer y ser querida, necesitar y que me necesitarán, pero el no quiso, no quiso entregarse como yo lo hacía, o le asuste o no le interese lo suficiente.
No puedo ni pensar en hombres antes de él, porque solo lo veo a Él, no puedo pensar en un futuro amor, porque yo quería que fuera Él y lo que es peor de todo, tengo esperanza que vuelva.
Tener esa preocupación de que vuelva a hablarle, vuelva a pedirme perdón y yo como tonta caiga, siendo felizmente tonta.
Una mierda tener el estómago cerrado por la angustia y la ansiedad, no comer por días, llorar y sufrir por días, agonizar por un cariño que fue falso por días.
Mi sistema ya no aguanta, mi cuerpo ya no aguanta, mis emociones ya no aguantan.
Pero el ser humano asimila el dolor para luego volver a enamorarse, un eterno camino del dolor qué llega a su fin cuando te aman de vuelta.