— Entonces ¿Te llamás Sol? — indagó .
Asentí ligeramente.
— Soledad, en realidad.
— ¿Soledad? Que triste y feo ese nombre para una chica radiante como vos.
— ¿Viste? Me lo puso mi mamá, ella tenía depresión, una pena, ¿no?.
Se levantó, incomodo, como era de esperarse.