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Con suerte vendré en diciembre, así que por favor, espera por mi.

Te amo.
            En toda la extensión de esa frase, con todas sus letras y el sentimiento con el que lo tomes. Te amo demasiado, y si algún día llegas a leer esto... Solo quiero que sepas, que aún si pasan diez años, puedes buscarme para lo que necesites. Atenderé el llamado, haré mi mejor esfuerzo porque al final de todo, el amor y cariño que te tengo son una cosa meramente inigualable.

Por primera vez en todo nuestro tiempo alejados, te estoy diciendo todo lo que debí decirte. Después de tanto tiempo, finalmente he explicado porqué hago lo que hago. Me da miedo y vergüenza dar la cara, soy cobarde, prefiero escapar antes de arreglarlo todo, pero de verdad lo siento. Mis hombros llevan ma carga de mis acciones y es algo en lo que nunca dejo de pensar, aunque creo que eso es algo que ya notaste.

Mi mente acaba repleta de preguntas y malestares, pero a estas alturas con saber que estás bien me conformo. Se que lo estás, se que incluso puedes estar sonriendo a causa de alguien, y con eso yo estoy bien.

Vivo con el temor de regresar por sentir que ya te he defraudado lo suficiente. Vivo con el miedo de lastimarte, con la duda de si aún me querrás, de si todavía estarás dispuesto a recibirme con los brazos abiertos a pesar de todo. Vivo con el peso de saber que al irme soy quien te hiere.

Puede que tal vez lo haya dicho antes, pero la verdad... Siento que esta ocasión estoy siendo más humano. Sin retocar mis palabras ni embellecer mis oraciones, solo yo, sintiéndome pequeño ante un sentimiento que de manera intensa me ha venido a torturar y carcomer casi entero.

Tengo demasiado miedo, Thomas.
            Y esta es la primera vez que lo admito en todo el tiempo que llegamos a estar juntos.

Tengo miedo de mucho más de lo que he llegado a decir. Pero es difícil admitir que tienes miedo de algo cuando solo lo aceptas por vivir con el peso.

Esa ha sido una de las cosas en las que también acabé por pensar en demasía.

Temo demasiado de que llegues a pensar que mis palabras son huecas, pero quisiera que comprendieras mi cobarde intento de mantener un pedazo de ti conmigo.

Qué mierda me pasaba, dios santo.

Perdón, pero debo decir que siento asco de lo que te escribí a inicios de mes. 

Terminé fijándome en que ahora mi ancla para todo siempre es la escuela. Mi vida, mi tiempo, gran parte de mis emociones; estoy agobiado por entender el motivo de que así sea.

Bueno, bien se dice que más vale tarde que nunca.

Termino detestándote por eso.
            En fin, eso ha sido mi reporte de hoy, vendre a mitad de mes a hacer presencia de nuevo. Por favor, no olvides que te amo.

Te extraño aún más de lo que soporto.
            Hoy la luna hizo que algo dentro de mi se rompiera, como si un soporte se quebrara y de una forma desesperada estuviera intentando arreglarlo. Estoy dándome cuenta de muchas cosas, pero tristemente es gracias a la forma tan asquerosa del cómo pasan que puedo verlas sin filtro; es como si cada paso que diera me llevara directo a un precipicio, o si como mientras más voy avanzando, más me hundo en una arena movediza... No se porqué te lo cuento si no quiero preocuparte, pero soy estúpido y siempre encuentro mi lugar seguro aquí. 

Jaja, estoy tan abrumado que ni puedo carburar oraciones coherentes.

Pero por hoy ha sido suficiente, mi niño.

Nunca olvides lo mucho que te amo.

Así que por favor.

No importa cuanto tiempo pase.

Volveré a mi lugar seguro.

Volveré aquí.