"¿A quién acudir cuando el alma se desgarra con desespero y al corazón lo invade la tristeza? ¿Quién será tan gentil para atender mi llamada de esta noche? Claro..., como si de amabilidad se tratara, no puedo parecer más egoísta ahora. La gente a esta hora duerme, y los que no duermen, se encuentran tan rotos como yo, hasta más. Yo he intentado cambiar, sé que ya no tengo la misma fuerza de hace 5 años como para ponerme la mano en el corazón y hacer otro juramento más en tu nombre, pero he tratado ser mejor persona, ser mejor mujer, he sentido mi trayecto derrumbarse y aun así he vuelto a empezar, una y mil veces, y sé las vueltas que he tenido que dar en esta vida para encontrarme con mis errores, para enfrentarlos con la frente en alto, para escucharlos y entenderlos; mis pies, mi respiración, mis ganas… estoy exhausta. No seré yo la mala, ¿o sí? Quisiera decir que no, es lo que más me gustaría en estos momentos donde siento mi ritmo cardíaco cada vez más acelerado, parece un roedor queriendo llegar al punto final de su rueda, ¿soy yo el problema realmente? Es que no me sé la respuesta, a veces apunta que sí, luego que no; en ocasiones creo merecer más de lo que obtengo, que es poco lo que se me ofrece comparado con lo mucho que yo he dado, sin embargo, hay otras tantas ocasiones donde mi mente no se maneja de esa manera y se vuelve más cruel —tal vez más realista— me grita con todas sus fuerzas que más vale aprender a conformarse, que no pida más, porque nadie es tan buena gente para exigir cosas que no han llegado, que solo una persona lo suficientemente vanidosa y ególatra, es capaz de decir qué merece y qué no".
¡Hola! ¿Alguna vez se han sentido así? Me salió este escrito y quise compartirlo por aquí, cuéntenme si han pasado por algo así, los leo.