darckyeggt

Obviamente iba a encontrar la manera de volver a la vida.

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¿Por qué lloramos por personajes que no son reales? Aunque es difícil que me pase, hay veces en que no puedo evitarlo, ¿El ser humano realmente puede ser tan empático para sentirse triste por algo que nunca existió? O ¿simplemente son personajes tan bien desarrollados que se sienten reales?

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Tuve una pesadilla, no exactamente,  pero era triste, no en el momento, fue una casa en la que viví hace varios años, además era una sensación linda, pero al despertar tuve un sentimiento de tristeza, tal vez por pensar que las cosas podrían ser mejor a como son ahora, volveré a dormir pero espero no seguir soñando.

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Porque te tengo y no
          porque te pienso
          porque la noche está de ojos abiertos
          porque la noche pasa y digo amor
          porque has venido a recoger tu imagen
          y eres mejor que todas tus imágenes
          porque eres linda desde el pie hasta el alma
          porque eres buena desde el alma a mí
          porque te escondes dulce en el orgullo
          pequeña y dulce
          corazón coraza
          
          porque eres mía
          porque no eres mía
          porque te miro y muero
          y peor que muero
          si no te miro amor
          si no te miro
          
          porque tú siempre existes dondequiera
          pero existes mejor donde te quiero
          porque tu boca es sangre
          y tienes frío
          tengo que amarte amor
          tengo que amarte
          aunque esta herida duela como dos
          aunque te busque y no te encuentre
          y aunque
          la noche pase y yo te tenga
          y no.
          
          —Corazón Coraza,
          de Mario Benedetti—

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Es una calle larga y silenciosa.
          Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
          y me levanto y piso con pies ciegos
          las piedras mudas y las hojas secas
          y alguien detrás de mí también las pisa:
          si me detengo, se detiene;
          si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
          Todo está oscuro y sin salida,
          y doy vueltas en esquinas
          que dan siempre a la calle
          donde nadie me espera ni me sigue,
          donde yo sigo a un hombre que tropieza
          y se levanta y dice al verme: nadie.
          
          —La calle,
          de Octavio Paz—