La escritura, más allá de ser miles de palabras y caracteres, es un medio de desahogo, la palabra escrita puede llegar a lo más profundo de nuestro ser y persuadirnos totalmente, porque no embarca sólo un texto con sentido completo, está lleno de emociones, sensaciones, historias y frases que inundan nuestra alma y pueden servirnos de consuelo, porque rara vez se lee algo para deprimirse, más bien nos refugiamos en la tinta y el plumero para que a plenitud dejemos salir lo que nos inspira y hace suspirar, o para leer y sentirnos identificados.