No sé si mis letras aún estén en tu mente, pero quiero que sepas que tú siempre has estado en la mía. Han pasado años desde la última vez que compartí una historia, y aunque el silencio se haya extendido más de lo que imaginé, nunca he dejado de pensar en las páginas que dejamos en pausa y en las historias que aun esperan contarse. Gracias por quedarte, por tu paciencia y por creer en mí incluso cuando mis palabras parecieron desvanecerse.
Este año nuevo espero poder brindarte por lo que tanto te hice esperar, el conejo negro y blanco se pondrá a trabajar sin descanso para resarcir el tiempo que permaneciste esperando.
Muchas gracias a todos los que leen y leyeron mis historias, les mando un saludo y felicidades desde el fondo de mi corazón donde cada uno se encuentra.