Soy un capítulo lento y aburrido en la vida de las personas.
Soy un peón, me mueven para su propia conveniencia, y buscan satisfacer conmigo sus necesidades más vacías.
Buscan comprender, también, cómo funciona mi cabeza cuando ni yo misma logro hacerlo y desde acá comienza el capricho puesto que se ponen como reto a a sí mismos entender mi mentalidad mientras yo los observo divertida porque sé que es algo imposible de hacer, que después de años y años de intentar lo mismo me resigne a la idea de que es loco tratar de idealizarme y encasillarme en algo que no soy, pero ellos me encasillan en lo que prefieren, en lo que quieren ver en mí, se encaprichan con una idea errónea de lo que soy y de lo que nunca voy a ser.