Aprendí que los buenos momentos, acciones y de más, no siempre duran lo suficiente.
Aprendí que no todos tienen una vida perfecta, aparentan tenerla.
Aprendí que no siempre tendrás el apoyo de tus seres queridos.
Aprendí que llorar no te hace débil, al contrario, te fortalece.
Aprendí que siempre habrá algo malo dentro de nuestra vida.
Aprendí que no siempre fui el malo del cuento.