-AHistrionic__
Un labio roto con sabor a vodka, la ropa desalineada, la botella de vidrio, aún llena de alcohol en su mano y una corona de flores silvestres en la otra──. Oh, bunny boy.
Entrada triunfal.
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Sin darse cuenta terminó acurrucado en el mayor; parecía querer esconderse entre su camisa al estar tan apegado a su pecho, pero era sólo el amor que le tenía.
Amor que fué la razón del porqué al escuchar ese bromear con cierto anillo le hizo levantar la mirada al paso de un segundo a otro.
Un fuerte tono contrastante a su piel lechosa le llenaba ambas mejillas por la repentina acumulación de sangre en las mismas, y sus orbes azulados tenían un repentino brillo adornándoles, algo más grande al habitual que se provocaba por defecto con sólo mirar al pelinegro.
Sabía que se trataba de un juego, pero había sido suficiente para dejarle sin habla; sus labios únicame se entreabrían para dejar escapar balbuceos y sílabas que no iban a ningún lado.
Su solución fué volver a ocultarse en el pecho del moreno; dejando que sus hebras blanquecinas y la punta enrojecida de ambas orejas fuésen lo único visible para su compañero; no había podido decir una sóla palabra, y no pareciése que hacerlo fuera necesario al notar la evidente reacción en su rostro y ser.
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@-AHistrionic__ El saber que no se había tratado sólo de una persona provocó opresión en el pecho del más bajo, asustándole más de la cuenta. Tenía un revoltijo de sentimientos, pues si bien sabía que aquel azabache podría lidear en situaciones así perfectamente estando sólo, no dejaba de lado la idea de que alguna mala jugada pudiése dejar algo peor a un labio roto; y eso le provocaba unas penosas ganas de llorar. En defecto a sus débiles reacciones se ocultó en el pecho del moreno, entre las ropas que previamente había acomodado por sí mismo. Prefirió inhalar con lentitud el aroma del histriónico que si bien era a alcohol y cigarro, le relajaba; no dejó salir una sola de las cristalinas gotas que buscaban escapar, y en cambio, dió su atención al calor de la mano que envolvía su cintura. Le gustaba el tacto de Hariq, la sensación que apesar de ser rasposa y quizás verse de poco cuidado, le hacían sentirse cómo una pluma; ligero, delicado. Era esa la manera en que el más alto solía tratarle, a su parecer.
-AHistrionic__
Se relamió los labios, ignorando la punzante sensación de su labio roto. Los malditos tenían fuerza, rematandolo con ladrillos, casi al punto de las balas. Era un desastre ir a un bar, más con su trastorno pateandole los putos huevos. Ah, manías histriónicas difíciles de entender. Suspiró, relajándose al sentir los dulces labios de azúcar del chico sobre los propios. El dolor parecía desvanecerse, jurando por primera vez, que la magia era jodidamente real.
─A ti, precioso ─responde, su mano libre alargandose para tomar la pequeña cintura del menor. Le hacía falta tenerlo cerca, también fue un castigo estar lejos.
─Eh, sí, ¿por qué no? También podría ser uno de verdad, así podríamos casarnos en la primera iglesia que entremos ─ríe sarcástico, aunque la idea no sonaba tan descabellada. Del moreno era de esperarse todo.
Alzó la botella a sus labios, ingiriendo largos tragos de alcohol; vodka para ser precisos. De malvavisco, que sabía dulce e intoxicante. Tampoco era tan fácil de conseguir. Bajó ésta al darse cuenta del suspiro que soltó el chico, y, cuando iba a preguntar, éste respondió por inercia─. Cutie... ─un nuevo apodo a la lista─, esos tontos no pudieron hacerme nada. Eran tres cabezas de tronco dispuestas a ser cortadas. Ellos querían pelea, yo practicar, eso es todo ─le restó importancia, indispuesto a contarle el desenlace de tal historia. Tampoco es que fuese importante, solo algo más a sus pecados.
