«Pensé en ti. Pensé en lo mucho que quería besarte los párpados, pedirte perdón, aunque no haya nada que perdonar, —aunque tú no quieras escucharme—. Me abofetearía a mí misma si eso no se sintiera tan parecido a tus manos. Me arrancará todos los dientes con tal de ya no volver a masticar tu nombre en mi boca.
Oh, Demián,
si te quedas, me rompes.
Si te vas, también »
—Fragmento de Lágrimas de Alquitrán [próximamente].