Un poco de humor post apocaliptico
Verónica entra a la cocina, medio dormida, buscando su taza de café como si fuera un tesoro perdido.
—¿Quién se tomó el último café? —pregunta con voz entre dormida y desesperada—. Necesito al menos un sorbo para seguir con el día.
Daryl está sentado en una silla, tranquilo, con la taza humeante en la mano.
—Yo —responde con voz grave—. Pero puedo compartir… si prometes no hablar mucho.
Frankie se acerca, con una sonrisa pícara.
—¿Y si hacemos un trato? Tú le das el café a Verónica y ella te deja ganar el próximo juego de mesa.
Lauren aparece con una sonrisa torcida.
—¡Cuidado! Esto parece una guerra fría, pero con café en juego.
Desde atrás, Alden llega cargando una jarra de agua.
—Puedo calentar más, pero solo si alguien me ayuda con la leña.
Verónica suspira, toma la taza de Daryl y le da un sorbo.
—Está bien... pero después de esto, vas a estar en el equipo de “lavaplatos”.
Daryl asiente resignado.
—Trato hecho.