Un fragmento de Ralkar, Capítulo VI:
“Te dejaste caer en el borde de la cama junto al fuego apagado, y fue entonces que Kirishima se agachó frente a ti, sus ojos rojos cargados de algo parecido a culpa —o quizás nostalgia, no lo supiste distinguir— mientras te acercaba un cuenco con agua limpia. No tocaste nada. Tus manos estaban heladas, crispadas sobre tu regazo como si todavía temieran la presión férrea del agarre de Bakugō.
—Lo siento muchísimo, (Nombre).
Un escalofrío te recorrió la espalda.
—No tienes que explicarme nada, Eijirō.
—Lo sé —dijo él, inclinando la cabeza sobre tu regazo y acariciando una de tus manos—. Pero aun así... quiero hacerlo.”
Lo amo, es como un cachorrito ❤️