Si te atreves a soñar,
es posible que aprendas a volar,
mientras te enseñas a confiar,
y aunque los momentos sean pasajeros
el viento los hace llevaderos.
Solo las personas que han caído más bajo
han aprendido verdaderamente a levantarse
y volver a intentar
aún cuando el miedo nos hace fallar
sin importar lo que pasó,
mirando el futuro.