¡Cómo me parte la ansiedad!
¡Cómo me pone el placer de saberme disfrutada
en ciclos rápidos de obsesión maniática!
Perderlo todo;
quedarme sin vida en bañeras frías,
exponiendo todas mis bajezas,
desgracias,
penumbras,
sobándome las ojeras,
las lágrimas del delineador,
escupiendo mis dimensiones;
cogiendo intenso
con el querer ser absoluta en mí misma...
Y terminar siempre muerta,
tantas veces muerta como pueda,
para trascender llena de matices.