Ser la hermana mayor de Gojo Satoru no era nada fácil, era tan insoportable e irritante que incluso daban ganas de irte por un día de ese lugar, el pequeño peli blanco era alguien muy amado por todos, aunque fueras la más fuerte y poderosa, el niño se llevaba toda la atención y no era algo realmente agradable para ti, pues la envidia te comía por dentro. A pesar de ser completamente diferentes de pies a cabeza, siendo el albino con ojos azules, tú pelinegra y ojos cafés tirando a negro, él te amaba más que a nada en el mundo, solo esperaba un “te amo, hermanito” pero con el pasar de los años, se alejaron un poco, siendo que ya ni siquiera tenían una comunicación, por eso cuando conoció a Geto Suguru, fue su mundo entero, pues le recordaba a la persona que más amaba en el mundo y quien nunca pudo darle el amor que tanto anhelaba y deseaba, su hermana mayor quien lo odiaba con todo su corazón.