Mi madre siempre creyó que escribir estaba mal, desde mis quince tal vez fue un poco más antes cuando escribía poemas a los doce, mamá siempre me dijo que jamás lograría nada, que me mantenia tonta, y por eso siempre estuve tan indecisa en escribir hasta que alguien llegó, me inspiró y me dieron ganas de escribir, hasta que un día se fue y no lo encontré más, te extraño amiga, pero tus palabras nunca se alejaron de mi, siempre estas en mis recuerdos y eso me hace mantenerme viva para seguir escribiendo.