creo que, paulatinamente, al tenerte ante mi presencia, fui capaz de percibir aquello que muchos con añoranza denominan amor, pues el tiempo, [ese tirano que siempre huye en fuga] se deslizaba con una lentitud inusitada, como si cada segundo se diera un instante en extender su duración para contemplar lo sublime que es tu ser. cada requiebro de mi mente se hallaba ensimismado por ti, mei.. [ ♥︎ ] !! tan etérea como palpable, tan llamativa como reconfortante. en lo más profundo de mi ser, brotó un sentimiento que, con el paso inexorable de la eternidad (<o así lo sentí.. por que juntos no hemos pasado gran cantidad de momentos.) se fue gestando hasta florecer en su plenitud.
"¿qué es esto que siento?", me pregunté en silencio, temiendo que la idea de enamorarme fuera una odisea peligrosa; una senda en la que mis pies, [tan inexpertos en los asuntos del corazón] podrían tropezar con la más ínfima equivocación, desatando en un instante la tormenta que acallaría mi alegría y liberaría esa lágrima incandescente, desesperada por no encontrar consuelo.
a menudo, tu sola presencia arrancaba de mí risas suaves.. no quería detenerme, al menos no hasta que me suspiraras aliento. sentía que tu sola presencia era una tenue manifestación de lo divino, que.. sin razón aparente, me embriagaba con una paz inefable, envolviendo cada rincón de mi ser en una melodía repleta de sosiego.
después de tanta cháchara, mei.. te menciono que si así pudiera gritaría a los mil vientos cuánto me gustas, por que así es, ¡¡ME GUSTAS!! sos una luna, así alumbrando el recoveco de mi corazón, dándole luz a la oscuridad.
