fezgoth

Los auriculares de Fezco retumbaban, tanto que era imposible escuchar algún sonido proveniente de afuera. La base sonaba sucia, densa, como si el bajo le presionara el pecho desde dentro. A veces bajaba el volumen, solo para comprobar si el mundo seguía ahí, y sí, seguía: la calle seguía oliendo a aceite quemado, a cigarro viejo y a sudor barato. Los perros husmeaban bolsas de basura, los autos gruñían con ese ritmo tosco de motor cansado. Todo igual. Siempre igual.
          
          Sus ojos viajaban por todo su alrededor, pero se enfocaba en no perder de vista a aquel demonio que, con pocas —muchas— opciones, llamaba su amigo. Mikan. El tipo caminaba a su lado con esa calma fingida, como si cada paso no pesara toneladas de mierda encima. Lo conocía desde que la calle los escupió en el mismo charco, y aunque ya no se decían mucho, Fezco sabía leerle la sombra en la mirada. Mikan tenía el tipo de silencio que vibra, el que anuncia tormenta o sangre.
          
          El cielo se estaba cayendo a pedazos sobre los edificios rotos, y la ciudad respiraba con dificultad. Fezco se subió la capucha y apretó los puños dentro del abrigo. Tenía las manos entumidas, no sabía si por el frío o por la costumbre de no sentir. Cada esquina era una historia que ya no quería recordar: gente durmiendo en portales, cabrones vendiendo sueños en bolsitas, niñas con la infancia tatuada en los ojos. Y él ahí, como si fuera un espectador mudo de su propia ruina.
          
          El sol empezaba a colarse entre los edificios, cortando el aire gris con líneas naranjas que no calentaban nada. La ciudad parecía una herida mal cerrada. Mikan seguía caminando delante, con el paso tranquilo de quien carga un secreto, y Fezco lo seguía, medio dormido, medio despierto, con la música rompiéndole los oídos.

filthyforsure

⠀⠀⠀Navegando entre su sociedad de basura, empujando suavemente contenidos desastrosos sin siquiera intentar levantar los pies, aquellos que arrastra;⠀ desentonaba con claridad, aunque aún así compartían naturaleza.
            Mikan había retorcido el concepto de su existencia, tanto que inclusive⠀"la mosca que se encontraba en el oído de Fezco"⠀ se volvía una prueba de su realidad.
            
            ⠀⠀⠀Él sabía porqué allí se sentía más cómodo que en casa, pero no lograba entenderlo. No comprendía aquella extraña necesidad de regresar a su hogar si los insectos cenaban allí, de la suciedad.
            
            ⠀⠀⠀Poco a poco se encorvaba más, observaba el suelo, se hacía pequeño mientras se ahogaba en⠀«quien sabe qué»⠀ de su extraño pensar...⠀ Así es como frena abruptamente, se estira, desenrolla y gira hacia su compañero, ahora fezco era diminuto, pero no más que el pitido que se escapaba de sus cascos,⠀"aquella mosca"⠀ que indicaba aún su caminar.
            
            ─── ¿a dónde vamos? ─── pregunta, con unos mechones ya mojados atravesando su rostro, disfrazandolo de recién bañado:⠀ le gustaba, y por eso mismo se preguntaba la razón por la cual parecían esconderse, inclusive el sol había huido. ─── yo paseo ───
            
            ⠀⠀⠀En su secuencia parece ni haber pestaneado más que dos veces, cuando creyó que Fezco, en realidad, le estaba sonriendo, era lo que siempre veía.
            @fezgoth  
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