No sé si a alguien le interesa, pero quiero desahogarme en un lugar donde no me conozcan. En verdad, es horrible lo que esta enfermedad puede hacer a quienes más puedes querer. Hasta ahora vuelvo a temablar cuando recuerdo el momento en el que me dieron la noticia. No soy muy expresivo o emotivo, pero no puedo dejar de pensar en él, tan alegre y lleno de vida. Y un dolor más profudo me causa el saber que su hija, amiga mía y muy querida también, ha quedado sola cuidadando de una madre que deambula por pensamientos tan fugaces como ridículos. Han pasado varios días y aún me estremezco al recordar.
Nada, solo quería escribir esto sin que lo lean los que me conocen.
Pdt. Nunca lo hago, pero gracias por leer mis poemas, aunque sea de reojo, pero gracias.
