──Pero mira que hermoso dibujo.── Halago a uno de sus cachorros el cual le había hecho un dibujo a base de pintura que no era más que sus manos plasmadas y el haber escrito mamá y papá en ello mientras que su otro cachorro qué era más energético estaba "mordiendo" su cuello, si, había influenciado mucho el juego de las mordidas en ellos y ahora era víctima de pequeños dientes y litros de babas en esa zona mientras sonreía de medio lado. Las cosas habían mejorado y como le prometió a su omega jamás volvería a serle infiel porque se dió cuenta de todo lo que perdería esa noche que le vió llorando en el baño rogando por él diciendo que era un mal omega por haber hecho que su alfa fuera a buscar en otro omega lo que él no le daba ¿cómo pudo pensar en eso cuando le dió dos hermosos cachorros y había pausado su carrera de modelo? No, no podía ser cierto y supo comenzar a valorar lo que tenia. ──¡JJ! Tu hijo no deja de morderme, ayúdame.── Le llamó ya que no veía a su omega hace varios minutos cuando había ido a darse una ducha ya que tenía una sesión de fotografía que no tomaría mucho tiempo y sus cachorros ya no necesitaban de su leche materna, por ende podía ausentarse un poco más.
