"Ahí estaba otra vez.
          	Las 2:46 a.m. y el insomnio lamiéndole el cuello.
          	Pensando en él.
          	En lo mucho que quería escribirle.
          	No para hablar de la vida, ni para preguntarle cómo estaba.
          	Solo para decirle que lo deseaba.
          	Que su ausencia no bastaba para apagar el hambre.
          	Que aunque intentara ignorarlo, su cuerpo entero aún lo recordaba.
          	
          	Y lo peor de todo…
          	era que sabía que él también la pensaba.
          	Porque cuando dos cuerpos se reconocen, ya no hay marcha atrás.
          	
          	¿Te atreves a leer…
          	sin enamorarte de su caos?"
          	
          	"Lo peligroso de la monotonía " disponible en mi perfil