La de hebras oscuras se encontraba en la barra del bar, su diestra sostuvo un vaso de whisky mientras mantenía su mentón apoyado sobre su mano restante. Vestía con un vestido de algodón color vino tinto que acentuó perfectamente su figura, en conjunto de un ligero abrigo color negro y unos cómodos tacones medianos del mismo color. Su cabello iba suelto, un poco ondulado al llegar a las puntas que cayeron como cascadas sobre sus hombros. Un atuendo que generalmente le gustaba usar para ir a esos lugares. Hoy era uno de esos días, el ambiente no era particularmente bullicioso pero tampoco estaba tan callado, su cabeza se movía de un lado a otro, un suave balanceo que siguió el ritmo de la melodía que reproducían en el lugar. Sus ojos siguieron hacia su costado al notar que alguien más tomaba asiento cerca de ella, algo que hubiera ignorado de no ser porque tuvo la tentación de echar un vistazo. Y al reconocerlo, esbozó aquella característica sonrisa suya y redirigió su atención hacia él──. Vaya, eres tú.
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