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Qué linda, oye.

Ven, hay que hablar o me largo a llorar.

SÍ, ESTÁS.

Lamento irme, debía tomar una ducha o me demenciaría.

Entonces, acércate, te espero.

Es lo de menos, tampoco creo dormir si me paso la noche acariciándote el cabello, sabes.

Mira, pues yo creo debiste de tener tus razones, hermoso, y créeme, que si te quiere, va a perdonarte.

Claro, ¿te refieres a las vívidas en tu infancia? sé entenderlo, no hay navidades como la de esos tiempos hoy en día.

Oh... ¿Has intentado hablar con esa persona, bebé?

¿Sí? A ver, te enviaré otra.

Tú a mí, pequeñito.

Nah, me sienta de lujo tenerte conmigo.