Es raro ver los contrastes. Este es mi primer medio de escape emocional en años, un refugio virtual de lo mas autista, pero me trae paz. Luego está una calle obscura y acogedora al otro lado del cristal. Un día soy libre y al otro te buscan los lobos. Pues un sonido de vidrios rotos entre la multitud pasa de ser distante a punzante, consideras la vida sin drama ni actos cuando tu sangre empieza a pronunciarse de manera fétida, funebre.
Sabe más fierrosa con los minutos, se puede decir que de manera literal algo de ti se murió. He perdido el ritmo y me canso con los años, no soy anciano, pero a hora puedo entender algo que me dijo uno.
Peste y muerte montan juntas. Simple y mediocre, lo sé. Pero así es esto.