Yo no te amo, yo te adoro y más precioso caballero de las constelaciones.
/Rodeó su cuello cauteloso, recibiendo con mucho gusto sus repetidos besos. Devolvió suaves y pequeños ósculos en su naricita, pómulos, mejillas, mentón, barbilla, mandíbula, comisuras, frentecita, arco de cupido, entrecejo, párpados, el pequeño lunarcito bajo de su belfo inferior, su pequeña cicatriz en la mejilla no visible, en el lunarcito de su cuello y por último en sus labios.
Me fascinas demasiado, que es difícil no pensar pasar una eternidad contigo; me tienes muy loquito de amor, mí corazón quiere salir se del pecho para estar en el tuyo junto a tú órgano bombeador.
Sí tuvieras una enfermedad en este, estaría dispuesto a darte el mío hasta el último latido.