El pánico me invadió completamente sinceramente no sabíamos que hacer, las escaleras se movían con brusquedad, los cables de luz se azotaban raudamente, edificios derrumbados, los gritos se hacían presentes, miradas llenas de susto, llantos en todos lados.
Sin duda es uno de los sustos más impresionantes que he tenido, pero a pesar de ello México sigue siendo fuerte, seguimos siendo uno mismo.
México échale huevos.