₊်⸼̥꒰煙ᭃːꦿ
La luz de los rayos solares penetraba a través de la ventana del departamento. La mañana comenzaba, anunciando con trompetas el caos que se avecinaba y que, lamentablemente, no terminaría al día siguiente.
Rendido ante el sueño, el hombre descansaba en su bañera, con pijamada y pantuflas puestas. No había de otra, pues era peligroso siquiera el pensar en asomarse por el balcón. El viejo tocadiscos reproducía una melodía dulce y melancólica.
«toc toc»
La puerta sonó. ¿Quién podría ser, en un día como este?
# aber esos roles.