Mi nombre es Angela, no sé como redactar, pero sí como leer. No me considero muy singular, llevo una vida muy monótona y común, digamos que me basta con una buena canción de Etta James para disfrutar del día.
     Amo el café y las Oreo con yogurt, amo a los gatos y amo mi cama -es algo difícil describirme-.
     Muchas veces desearía no haber nacido en esta podrida generación -y no, no es una queja, soy feliz-, pero antes todo era tan bonito, ya que la única posibilidad que se tenía para conocer a alguien de interés era acercándose y hablándole, que obviamente es lo más sensato y maduro que se esperaría; y es que tanto Internet y tantas redes sociales degradaron la juventud, por eso las evito en lo posible, aunque no puedo negar que soy parte de ello. 
     Sé que estoy sonando aburrida, pero no, no lo soy, es solo que no ha sido un buen día. 


Creo que eso es todo, me despido.


                                                                                                                                              Angela sin tilde.