El tiempo se desvanece ante mis ojos; me pierdo en tantas cosas increíblemente absurdas e insignificantes con la esperanza de encontrar más piezas que completen el rompecabezas de mi existencia, y aún así le tengo tanto miedo a todo lo que estoy perdiendo, a lo que temo hacer por amar más mis propias inseguridades a mi tan desea libertad. Me repito que si estas fuesen las últimas horas con vida desearía haber realizado tantas cosas que podría estar haciendo ahora, reprochándome las mismas acciones que me convierten en el mismo ser que se limita a existir. Ya deje de creer por mí y empecé a enamorarme con la idea de destruirle a otras personas las mismas paredes con las que suelo dormir por las noches.