dichoso te hallo entre mis brazos de plastilina, chico de la luna. tus orbes cromáticos siempre me han enseñado a trepar sobre los abismos de la pesadumbre en una carrera orquestal. tus rubís, etiquetados en tu labia de príncipe afectivo, siempre me van a hacer sentir la paz, la felicidad, la parsimonia sempiterna que anhelo junto a ti. mi alma gemela, mi sol resplandeciente sobre el mar, no hay segundo en que no piense en que las manecillas del reloj se han tocado en el sentido contrario por nosotros, que las fechas de nuestros cumpleaños están tan cercanas como las estrellas alrededor de los planetas.
te quiero, arrebatando el resplandor de los astros sólo para ti.
te amo, como el eclipse en el porvenir de la humanidad perdida.
