Su herida fue tratada por una mucama antes de que pudiese observar el cuerpo del enemigo dándose cuenta de que había sido enviado para matar a su prometido, decidió enviar un lindo regalo a su enemigo dejando todo en manos de sus subordinados. Regreso a la habitación, ahora tendría que agregar guardaespaldas a la rutina de su hija y su novio, era mejor prevenir. Escucho a su novio levantarse y acurrucandose contra su cuerpo, acario los cabellos rojos dejando que durmiera nuevamente, cuando menos lo había esperado se había quedado dormido, fue despertado por su pareja que se veía algo alterado. ── tranquilo .. estoy bien cariño. ── beso lo frente de su novio y lo jalo hacia su regazo besado y lamiendo su cuello para calmar sus nervios, no podía decirle que había pasado, tendría que inventar algo para los dos. Cuando sintió a su pareja más relajado lo dejo ir para que se acostará sobre su pecho, se quedaron en silencio, ninguno quería mencionar nada, no al menos hasta que el peliazul hablo. ── mamá quiere conocerte, si estás de acuerdo podemos ir dentro de dos días a verla. ── miro a su novio quien pareció considerarlo pero termino aceptando con un asentimiento rápido, sonrió dándole otro beso. Su pequeña despertó muy angustiada por su padre, fue tranqulizada diciendo que se había caído muy fuerte, ella era muy chica para saber que su padre tenía problemas más grandes, los dos menores se fueron a desayunar mientras el descansaba y hablaba con su madre, parecía muy animada y más después de enterarse del embarazo del otro chico, hablaron un momento hasta que se decidió por desahogar sus preocupaciones.