Esto se lo escribí a una amiga.
Hoy estuve pensando en la herida de nuestros padres y cómo nos afecta día a día. Muchas de nuestras madres o padres fueron criados por personas menos estudiados que ellos, en tiempos donde la información no era tan dispersa como ahora.
Ellos no siempre nos dijeron cuando dejábamos caer un vaso: “no te preocupes, es un accidente”. Muchos de ellos decidieron golpearnos o incluso llamarnos estúpidos por un accidente.
Estas acciones nos condicionaron y hoy en día cuando cometemos un error, solo pensamos: “eres una estúpida o idiota por no saberlo. Te mereces todo lo malo que te pasa” y lloramos. Al final del día, siempre seremos esos niños.
Pero pensé esta mañana que cuando somos adultos ya no tenemos a nadie para acompañarnos y llevarnos, ya nos sueltan y nos sentimos solos y abandonados.
Entonces es cuando me pregunte, si yo fuera mi mamá, ¿qué me diría en este momento que atravieso? (Yo pensando como yo de madre, no como mi madre).
Y me dije: pues, si soy mi mamá sería compasiva porque yo sé que atravieso y trataría de orientarme. Jamás quisiera ver a mi hija con una mala amiga o mala pareja.